Declaratoria

Como resultado de las conferencias, los conversatorios, los grupos de trabajo en red, las juntanzas, las mesas temáticas, las comunicaciones orales, las actividades precongreso y las discusiones sostenidas durante el desarrollo del XIII Congreso Internacional de Salud Pública. Educación en el campo de la salud: una oportunidad de transformación humana, social y planetaria, realizado en Medellín, del 22 al 25 de agosto del 2023 y comprendiendo que la educación en el campo de la salud:

• constituye una práctica social, histórica y cultural compleja;
• se configura como la intersección de múltiples campos disciplinares de las ciencias sociales y humanas, y de otras ciencias, pero en particular de los campos de la pedagogía y de las disciplinas de la salud;
• es un campo compuesto de múltiples corrientes con diferentes concepciones y posiciones teóricas, epistemológicas, políticas y éticas sobre la realidad, el ser humano, la sociedad, la salud, la educación y la salud pública, las cuales tienen encuentros y desencuentros, respecto a sus propósitos, métodos, contenidos, relaciones entre educador/educando y la evaluación, que ameritan el intercambio y la construcción de acuerdos;
• se encuentra en diálogo con otros discursos del campo de la salud, en especial con los de promoción de la salud y atención primaria en salud;
• es de gran relevancia para la salud pública, como también para todas las disciplinas de la salud, en la medida que hace parte esencial de sus prácticas y el desarrollo de sus objetos disciplinares;
• reconoce el papel central del talento humano en salud, de los maestros, y otros actores comunitarios como educadores en el campo de la salud, para lo cual se hace indispensable una sólida y pertinente formación en este campo;
• atañe a diferentes sectores vinculados a la atención de los sujetos durante el curso de vida y en los diferentes entornos en los que esta se despliega, en particular a los sectores de la salud y la educación
• contribuye directamente con la creación de entornos sanos que favorecen la salud, transformando escenarios potenciadores para el fortalecimiento de capacidades en la población y el desarrollo humano;
• forma parte de políticas sectoriales e intersectoriales de orden internacional, nacional y regional que expresan posiciones teóricas, epistemológicas, políticas y éticas ante la educación en el campo de la salud, con efectos sobre los programas y proyectos, y, en particular, sobre las prácticas pedagógicas;
• responde a demandas, necesidades, intereses y cosmovisiones diferentes como resultado de las diversidades respecto a los grupos y clases sociales, las procedencias, las culturas, las etnias, el género, las generaciones y capacidades cognitivas, producto de raíces socioculturales e históricas diferentes que entran en interacciones;
• implica asumir la salud y la educación como construcciones históricas “pluriversas” que atraviesan diferentes significados, como resultado de epistemes y saberes, en interacción y conflicto, en el marco de oportunidades y condiciones de justicia social dispares;
• conlleva reconocer que la investigación y la evaluación en la educación en el campo de la salud no son neutras, pues responden a distintos intereses y posiciones teórico-pedagógicas, políticas y éticas;
• comporta entender la investigación y la evaluación como escenarios para el desarrollo teórico-pedagógico y la construcción de la praxis educativa.

Declara que:

Es necesario y urgente fortalecer la educación en el campo de la salud, con la participación de los gobiernos nacionales y locales, las agencias multilaterales de apoyo y fomento al desarrollo humano y social, para lo cual es fundamental:

• reconocer la educación en el campo de la salud como un derecho orientado a la expansión de las capacidades individuales y colectivas, y al fortalecimiento de la capacidad de agencia de individuos y colectivos para impulsar transformaciones sociales y culturales. Esto, en búsqueda de mejores condiciones de vida, el avance en la justicia social, ambiental y climática para el logro de una vida saludable con el planeta;
• asumirla como un discurso estructural del campo de la salud en sus ámbitos teóricos, epistemológicos, políticos, éticos y de la praxis, que permita consolidar su participación en la teoría y la práctica de todas las disciplinas de la salud y la salud pública;
• una praxis con una sólida fundamentación teórico-pedagógica, que garantice una práctica pedagógica consciente, responsable y crítica, lo cual demanda una aproximación transdisciplinar y participativa;
• asegurar la formación pedagógica y en educación en el campo de la salud del talento humano en salud y maestros, así como las condiciones laborales, de recursos y de apoyo administrativo para ejercer su práctica pedagógica de una forma productiva, consciente, responsable y crítica;
• impulsar transformaciones curriculares de la educación superior en las disciplinas del área de la salud y en las licenciaturas de educación, así como el desarrollo de programas de posgrado en este campo que amplíen y mejoren las oportunidades de formación;
• desarrollar políticas de educación en el campo de la salud de carácter sectorial e intersectorial, en el ámbito internacional, nacional, regional y local, como resultado de opciones teóricas, epistemológicas, políticas y éticas, y sus consecuentes desarrollos conceptuales y metodológicos, en el marco de procesos participativos y de abogacía para su formulación, implementación y evaluación;
• diseñar e implementar políticas, programas y proyectos de orden intersectorial, en el marco de procesos de planeación y evaluación conjunta entre las instituciones involucradas y con el apoyo político administrativo y financiero requerido para el desarrollo de acciones sostenibles;
• realizar una educación pertinente pedagógica, teórica, social y culturalmente, que responda a las necesidades, intereses y cosmovisiones de los educandos, sustentada en el diálogo de saberes y la negociación entre culturas, etnias, generaciones, géneros, procedencias, clases sociales y capacidades cognitivas, en el marco del respeto y el reconocimiento del otro;
• fomentar procesos de investigación y evaluación plurales desde el punto de vista epistémico y metodológico que permitan el avance en la construcción teórico-pedagógica que ilumine la práctica y que, a su vez, parta de esta y de la realidad;
• promover la construcción de conocimientos e intercambio de experiencias mediante el trabajo cooperado que promueva el desarrollo conjunto de programas y proyectos entre sujetos, grupos, colectivos, instituciones y países;
• continuar con la realización de este tipo de eventos y espacios de reflexión y diálogo más permanentes, con un carácter transdisciplinar, intersectorial e intercultural, que facilite la participación de los distintos actores sociales hacia la construcción de una comunidad “pluriversa”, respetuosa y dialogante.